La municipalidad en Bugalagrande se muestra satisfecha por las actividades de tertuliadero que se vienen realizando a partir de las horas de la tarde y hasta llegada la noche en esta localidad; allí es común encontrarse desde niños, jóvenes y adultos, que utilizando las bancas para descansar, resultan tertuliando de muchas cosas, incluso hasta hablar de grandes y desproporcionales negocios, donde sus imaginaciones ponen a mover altas sumas de dinero comprando, según ellos, fincas, casas enormes, transformar el municipio y crear grandes centros comerciales. Bueno, esos entre otros sueños, se tejen en torno al teatrino del parque principal, donde muchas parejas se han enamorado y en muchas ocasiones este mismo escenario ha servido para recibir las lágrimas por desilusiones amorosas.
Don Azael Fuentes, de 71 años de edad, y quien frecuenta el parque, nos contó que desde hace más de 20 años tiene una banca separada allí para sus tertuliaderos con amigos y conocidos que comentan de casos y cosas de la vida, allí se habla de todo, manifiesta con voz entrecortada, pero nunca se raja de nadie, respetamos la vida intima y privada de los demás; aunque no se dejó fotografiar, expresó que los fines de semana llegan músicos con guitarras a componer temas de diferentes ritmos y de manera tranquila y respetuosa se forman las pachangas que poco después van a parar a los rumbiaderos.
"El teatrino, aunque es pequeño, se presta para la intimidad, o sea para el diálogo entre parejas, pues el estar muy escueto no permite actos de irrespeto a la moral y eso es bueno", dijo don Azael.
Por eso llegar a Bugalagrande y en pleno parque principal encontrarse niños, jóvenes, damas, señoritas y adultos, no es extraño, por cuanto el sitio se ha convertido en la sala de recibo de todos, aún de los visitantes.
Vestido de blanco imponente, con un estilo colonial y conservado, a diferencia de otros parques, se encuentra en un alero, el teatrino, que a pesar del tiempo, se ha conservado intacto, y lo mejor aún, es que ni el vandalismo por respeto se atreve a deteriorarlo.
Es de resaltar que los deudos de los difuntos que se les oficia en la iglesia San Bernabé, se instalan en el parque y utilizan la frescura del teatrino, mientras salen con el féretro camino al cementerio, lo cual quiere decir que hasta de refugio en momentos de llanto y dolor sirve el escenario.
Quienes se dan cita diariamente al parque no pueden pasar por desapercibidos en visitar o ingresar al teatrino de Bugalagrande, porque las historias que allí se tejieron cautivan a todos.
Don Azael Fuentes, de 71 años de edad, y quien frecuenta el parque, nos contó que desde hace más de 20 años tiene una banca separada allí para sus tertuliaderos con amigos y conocidos que comentan de casos y cosas de la vida, allí se habla de todo, manifiesta con voz entrecortada, pero nunca se raja de nadie, respetamos la vida intima y privada de los demás; aunque no se dejó fotografiar, expresó que los fines de semana llegan músicos con guitarras a componer temas de diferentes ritmos y de manera tranquila y respetuosa se forman las pachangas que poco después van a parar a los rumbiaderos.
"El teatrino, aunque es pequeño, se presta para la intimidad, o sea para el diálogo entre parejas, pues el estar muy escueto no permite actos de irrespeto a la moral y eso es bueno", dijo don Azael.
Por eso llegar a Bugalagrande y en pleno parque principal encontrarse niños, jóvenes, damas, señoritas y adultos, no es extraño, por cuanto el sitio se ha convertido en la sala de recibo de todos, aún de los visitantes.
Vestido de blanco imponente, con un estilo colonial y conservado, a diferencia de otros parques, se encuentra en un alero, el teatrino, que a pesar del tiempo, se ha conservado intacto, y lo mejor aún, es que ni el vandalismo por respeto se atreve a deteriorarlo.
Es de resaltar que los deudos de los difuntos que se les oficia en la iglesia San Bernabé, se instalan en el parque y utilizan la frescura del teatrino, mientras salen con el féretro camino al cementerio, lo cual quiere decir que hasta de refugio en momentos de llanto y dolor sirve el escenario.
Quienes se dan cita diariamente al parque no pueden pasar por desapercibidos en visitar o ingresar al teatrino de Bugalagrande, porque las historias que allí se tejieron cautivan a todos.