5.23.2009

El Parque Rada convertido en escenario del alcohol y el cigarrillo

EL CERRITO - Notable preocupación se observa entre los feligreses que diariamente asisten a la iglesia contigua al parque Rada en El Cerrito, al igual que quienes llegan a este centro de descanso en busca de la sombra de sus frondosos árboles, ante el desequilibrio social, por parte de un grupo de menores de edad que durante los fines de semana, iniciando los viernes, frecuentan este parque para consumir bebidas alcohólicas y formar allí sus rumbas.
Esto se nota desde hace un tiempo para acá, y es quizá una de las formas como ellos buscan salirle al paso a los problemas cotidianos que tienen en sus grupos familiares, donde los padres, ni siquiera conocen del paradero de ellos.
Manifiestan las personas que abordaron el equipo investigativo de El Periódico, que ni la policía ejerce control alguno en este sector, al parecer no existe un programa de política social para con los menores de edad, toda vez que el Código de Infancia y Adolescencia expresa que es deber del Estado brindar garantías, protección y seguridad a esta población, en el caso que no se dé por parte de los padres de familia, a la vez que indica que los adultos encargados de velar por estos menores podrán ser judicializados, si se confirma la desprotección. De ahí que elevan un llamado a la Administración Municipal y en especial a los padres de familia, para que ejecuten acciones tendientes en erradicar este fenómeno de allí y que tampoco lo permitan aposentarse en otro lado, esta situación desvanece el sentido social que reinó en esta localidad en otrora.
"Inentendible desde todo punto de vista que a partir de las 9 en la noche y frente al Palacio Municipal, sector bancario y el centro de la ciudad, se presenten estos actos, que sólo dejan mala impresión entre las personas que nos honran con su visita y que buscan un atractivo diferente a este", expresaron los quejosos.
Algunos líderes cívicos de la municipalidad, indicaron que se hace urgente tomar medidas de protección en beneficio de esta población de jóvenes menores de edad, a la vez socializando el tema de la inseguridad, manifestándoles a ellos a través de charlas, programas educativos y capacitaciones, que existen otros mecanismos de diversión y en los que no se excluyen ellos, por ser menores de edad.
El caso, que debe ser del análisis y tratamiento del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar Seccional Palmira y que compete a esta jurisdicción, requiere con urgencia la intervención de esta población desde los planteles educativos, en los grupos de barrio o llamadas galladas, desde las casas, donde los padres deben asumir el papel de verdaderos protectores y no dejar esta problemática al Estado como tal.
La obligación es compartida, indicó el secretario de gobierno del municipio y todos de manera unísona debemos velar por el cuidado y protección de la niñez, la juventud y la población desvalida, pero el marco legal afianza en la familia y los padres la responsabilidad primaria.
Mientras se resuelve la situación de quién o quienes tienen la responsabilidad en atender el tema, la comunidad cerriteña espera que las autoridades civiles en cabeza del Alcalde, el Secretario de Gobierno, la Policía, Bienestar Familiar, Procuraduría y Comisaria de Menores, se apropien de lo que ya está contemplado en el Código de la Infancia y la Adolescencia y lo pongan a funcionar, antes de que sea demasiado tarde.
Aunque no está por demás que se adelanten mecanismos viables a fin de garantizar la tranquilidad ciudadana que hoy por hoy se ha ido perdiendo en este municipio, de ahí que los líderes comunales con cada una de sus comunidades debería propiciar espacios de participación done se incluya la población juvenil, conociendo de primera mano cuál es la problemática que les asiste; en igual sentido se requiere del concurso y participación de la iglesia, que con los sacerdotes durante las homilías exhorten a la ciudadanía al comportamiento en comunidad, así como también volver al esquema antiguo, donde los pastores de la iglesia visitaban las familias de cada una de sus parroquias, visualizando la problemática presentada al interior de éstas, para así obrar con prontitud en la búsqueda de soluciones acordes.
"De continuar así la situación, en pocos días se hará imposible transitar por el parque o sus alrededores durante las horas de la noche", manifestó la señora Rosalba Gamboa quien constantemente visita este sitio acompañada de uno de sus nietos a deleitarse con el esplendor que ofrece cada nuevo amanecer para ella.