8.24.2015

Personajes: Marco Fidel Salamanca Martínez, su vida dedicada al fútbol

Por: Juan Carmona
Redacción Zarzal

Aunque nunca jugó futbol, excepto de niño con una pelota de caucho, apenas tuvo la oportunidad de tener un salario fijo lo primero que pensó, después de proteger a sus padres, fue crear un club o una escuela de futbol donde pudiese ayudar a los niños sin distingos de clase social.
Así comenzó en el año 63 del siglo pasado este amante de la pelota con aires de técnico. “Marquitos” como se le conoce, del municipio de Zarzal, nació en mayo de 1934, hijo de don Abel Salamanca y doña Tulia Martínez, naturales del Huila pero radicados en Zarzal desde principios de siglo.
Hizo sus estudios primarios en la escuela General Santander y después como la mayoría de jóvenes de la época, se dedicó a trabajar hasta que Riopaila lo ingresó a su empresa llegando a ser un empleado de confianza; es desde allí donde empieza a compartir el trabajo con su afición al futbol y crea con otras personas “El Club Los Millonarios de Futbol”, con el objetivo de que mediante la práctica del deporte hacer del niño y del joven una mejor persona.
Marquitos Salamanca, tiene 81 años y sagradamente todos los días a las 2:00 p.m. está en la cancha con sus petos, sus balones, conos, a la espera de sus niños, quienes creen en él y en sus enseñanzas. El Club Deportivo Los Millonarios, llegó a manejar 200 niños en diferentes categorías. Hoy por falta de canchas deportivas en el municipio de Zarzal, se tuvo que reducir el grupo a 80 niños entre 7 y 16 años, sin embargo continuó manejando categorías  2000-2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006,2007 y algunos de la categoría 2008 bajo la dirección del profesor “Pachicha”.
Marcos Salamanca, en estos 52 años ha tenido la oportunidad de ver a muchos de sus deportistas hacerse profesionales en diversas aéreas de la educación, pero también del futbol colombiano; ha recibido varios reconocimientos como dirigente deportivo, como hombre cívico ejemplo para las futuras generaciones, ya que su trabajo no gira sobre el factor político ni económico, sólo le interesa la ayuda al niño en este mundo convulsionado. Es un convencido de que un niño ocupado jamás caerá en los vicios, por eso solicita a la comunidad deportiva de Zarzal que se abran más canchas reglamentarias, para albergar a tantos jóvenes que no pueden jugar al futbol por la carencia de las mismas. Además solicita petos, balones, conos, guayos y uniformes.
Su consigna es seguir dedicado al fútbol hasta el final de su vida.