8.05.2013

Resguardo indígena denuncia amenazas de las Bacrim

Redacción Trujillo
El Periódico

Por solicitudes de las comunidades indígenas y de los dirigentes de la organización ORIVAC, directivos de la Secretaría de Gobierno del Departamento se desplazaron al municipio de Trujillo, específicamente  al resguardo indígena KIPARA, donde según información recibida existen amenazas de algunos sectores al margen de la Ley denominados Bacrim frente a sus líderes.
El Subsecretario de Convivencia y Seguridad del Valle del Cauca, Fredy Omar Osorio, indicó que “El ambiente es complejo, hay un posible reclutamiento de menores, la guardia indígena nos comentó que dos integrantes jóvenes de su comunidad fueron retenidos por grupos al margen de la Ley, ellos los recuperaron a través de la guardia indígena y en este momento se encuentran ubicados en otro municipio del Valle del Cauca”.
El funcionario indicó que, de acuerdo al subcomité de Prevención, protección y Garantías de no repetición, se inició la ruta de protección de los derechos humanos y se analizó a través de otras instituciones, como la Unidad Nacional de Protección, qué garantías se pueden brindar a estos sectores.
“Contamos con la presencia del Ministerio del Interior con una delegación de Derechos Humanos para analizar qué medidas les brindamos a los indígenas; de igual manera nos desplazamos al municipio de Bolívar en límites con Trujillo, en el corregimiento de Cerro Azul, donde hace dos semanas se presentó una masacre, nos reunimos con la comunidad en el marco del subcomité de Prevención, protección y Garantías de no repetición y hay una solicitud muy sentida de la comunidad para que la fuerza Pública permanezca en el sector con el ánimo de que estas acciones no se vuelvan a repetir”, puntualizó el Subsecretario de gobierno del Valle.
En esta comunidad se recuerda con nostalgia que en el pasado mes de marzo fue víctima al parecer a manos de hombres pertenecientes de bandas criminales, el hijo del Cacique Mayor de la comunidad Embera del resguardo, Daniel Niaza González.   “De este hecho quedaron  5 niños huérfanos, tres niñas y dos niños, además dejó a la viuda en estado de embarazo; nuestro hermano indígena era trabajador y luchador por la defensa de su territorio y por la organización social, fiel servidor de la guardia indígena y comunero activo dentro del resguardo de Kipara”, señaló uno de los integrantes de esta comunidad.