5.19.2014

El maestro gratamente recordado

Redacción El Cerrito
El Periódico

Gerardo Quintana Medina, quien fuera rector de los colegios Jorge Isaacs y Centro nocturno Presbítero Francisco Campo, de El Cerrito, es recordado por sus alumnos como un excelente profesor de Matemáticas, que los motivó para encariñarse de esta área que muchos consideran difícil y llevó, a varios de ellos, a profesionalizarse en carreras afines a las Matemáticas, especialmente en las Ingenierías.
Hijo adoptivo de El Cerrito, en donde vive desde el año 1955, inició labores docentes en 1959 en la Escuela Pedro Antonio Molina; en el año lectivo 1960- 1961 fue director de la Escuela José Ignacio Rengifo y en 1962  se posesionó como profesor del Colegio Jorge Isaacs. También fue profesor del Colegio Sagrado Corazón.
Su esposa, también docente, fue Rubelia Rojas Agudelo, que murió en diciembre de 1996.
De este matrimonio hay cuatro hijos, todos profesionales: Paulo, Hernando, Claudia María y Adriana.
Su Padre, Hernando Quintana, también fue docente y ocupó durante mucho tiempo el cargo de Supervisor escolar en varios municipios del Valle.
El aprecio y el agradecimiento de quienes recibieron sus clases siguen vigentes, no obstante que se retiró de la docencia en 1991. Pero el mismo Quintana, bachiller del Colegio Académico de Cartago, Normalista de la Escuela Normal Departamental para Varones de Cali y profesor de matemáticas y física graduado de la Universidad Santiago de Cali, afirma que su éxito como catedrático de los números, resultó, más que de su formación académica, de su facilidad innata para transmitir los conocimientos, de su cabal cumplimiento en la preparación de las clases, de su costumbre de motivar haciendo notar las curiosidades de las matemáticas, de su utilización permanente de material didáctico adecuado, de su interés por facilitar el conocimiento de los temas con ejemplos apropiados, y de su empeño para repetir y repetir los conceptos, así fueran complejos o elementales y de los últimos o primeros grados, pues dice que aprendió del notable Pedagogo colombiano Agustín Nieto Caballero  que “la repetición es la madre de la ciencia”. Si estaba orientando una clase en el grado once, no tenía inconveniente en recordar conceptos del grado sexto o de la primaria, “si éstos eran necesarios para entender el nuevo tema”, dice el profesor Quintana. Y agrega: “Además, nunca me contenté con enunciar fórmulas o teoremas, siempre orientaba a los alumnos para que dedujeran las fórmulas y demostraran los teoremas”.
Ha recibido múltiples reconocimientos por su tarea, pero afirma, sin falsa modestia, que está muy lejos de merecerlos, considera que éstos son sólo muestras de generosidad de los funcionarios o de los directivos de las entidades que se los hicieron.
Entre esos reconocimientos, figuran:
1. Medalla distrital al mérito docente, condecoración del Distrito educativo número 2, con sede en Palmira.
2. Medalla “Edolio Fernández” al Mérito educativo, máxima condecoración del municipio de El Cerrito para los docentes.
3. Condecoración como ciudadano ilustre de El Cerrito, conferida por la Alcaldía Municipal.
4. Medalla Isaacsiana al Mérito educativo, conferida por el Colegio “Jorge Isaacs”.
5. Hijo adoptivo y predilecto de

la ciudad, distinción otorgada por ADECER (Asociación de Amigos de El Cerrito).
6. Condecoración “Presbítero Manuel José Guzmán”, máxima condecoración de El Cerrito a sus servidores.
7. La Institución Educativa Jorge Isaacs, cuya sede principal es el antiguo colegio del mismo nombre, creó la Condecoración Gerardo Quintana Medina, para otorgarla a docentes y otros empleados distinguidos de este ente educacional.
8. La Sala de Conferencias de la Institución Educativa Jorge Isaacs lleva el nombre de Gerardo Quintana Medina.
Además, por su buen desempeño como docente y directivo docente, fue distinguido varias veces como delegado del Ministerio de Educación Nacional (cargo honorífico).
De otra parte, fue designado como Alcalde Ad-hoc de Guacarí, en dos ocasiones.
Ahora, con 75 años de edad, no ha abandonado su amor por la enseñanza de las Matemáticas: todavía colabora con los hijos de sus amigos y amigas, orientándolos hacia la solución de sus trabajos del colegio o de la universidad.
Él alterna su interés por los números con su interés por las letras, es un lector incansable.