3.03.2014

La plaza de mercado, una costumbre viva en la memoria histórica de Restrepo

Redacción Restrepo
El Periódico

Aunque hasta muy avanzado el siglo pasado fueron escenario nuclear de interacción social en la vida cotidiana, hoy estos mercados mantienen su antigua vitalidad sólo en ciudades pequeñas y pueblos.
En la formación de ciudades, villas y poblados del mundo español e hispanoamericano, las plazas de mercado constituyeron el centro de gravedad de la dinámica social, nucleaba la comunidad de vecinos, tanto como los templos o a veces más que éstos. Este lugar, generalmente situado a la entrada del poblado y originalmente denominado Plaza Mayor, prefiguró la noción de espacio público y atraía por igual a humildes y encopetados.
En Restrepo Valle, el mayor atractivo de la plaza de mercado reside en que mantienen intacta la relación personalizada y profundamente humana entre el comprador y el comerciante, lo cual contrasta con el frío escenario de los grandes supermercados, cuyo modus operandi de autoservicios los asemeja a máquinas dispensadoras de productos empacados. En cambio, el vendedor de plaza, aunque poco entrenado en marketing, es un experto conocedor de todos los detalles de lo que ofrece; un pequeño comerciante, verdadero profesional en asesorar al cliente y

en suministrarle los datos relevantes para una informada decisión; alguien que se toma el trabajo de recomendarnos lo que nos conviene adquirir, que conoce aspectos tales como la procedencia de la fruta, las propiedades de la planta medicinal, el material del canasto y los riesgos de deterioro de la mercadería ofrecida. En este mercado, la diversidad de precios de un tipo de producto no será un misterio indescifrable.
El otro valor agregado de comprar en la placita de mercado de Restrepo, es que siempre se recibe ese trato familiar que se expresa en frases tales como: “claro, mi amor, se la dejo en tanto”, “no, mi reina, lleve mejor este”, “amigazo, los puede llevar con toda confianza”. Allí el regateo es válido y traduce una relación de confianza y buena fe entre las partes de la transacción; la rebaja y la encima (o encime) denotan benevolencia y generosidad ajenas a toda mercadotecnia atrapadora.
No podemos dejar a un lado al zapatero del pueblo, que sin lugar a dudas es quien desvara en momentos difíciles cuando estando de compras en la plaza de mercado, el zapato nos hace una mala jugada, allí está él con toda su herramienta y conocimientos; en igual manera se encuentra la venta de carnes de res, cerdo y pollo, que sin necesidad de refrigeración mantiene preservada por el clima agradable y frió que hace en el municipio de Restrepo Valle.
A pesar de los adelantos tecnológicos, científicos y la modernidad, aun en el Valle del Cauca y en especial en la Región Calima, existen atractivos ligados a la historia y la cultura indígena, como ir en cualquier día de la semana o como se acostumbra en Restrepo, el día de mercado los sábados, éstas plazas de mercado se vuelven imprescindibles cuando requerimos de productos poco usuales tales como hojas de bijao o de plátano (cuando a nuestra madres o abuelas les da por hacer tamales o fiambre campesino), huevos criollos, un canasto o una matera, o una planta medicinal (zarzaparrilla, grama de río, diente de león).