10.24.2016

El ecoturismo, reserva a la vista

De espaldas a la Laguna de Sonso


Buga recibe por lo menos tres millones de feligreses, pero no aprovecha este “río humano” en el campo del turismo, a pesar de tener la Laguna de Sonso que bien podría albergar el ecoturismo, tan de moda en el campo internacional.


Por Fabio Larrahondo V.
Falavi2005@yahoo.com
@falavi2005
Especial para El Periódico

Meses atrás la Laguna de Sonso, también conocida como “El Chircal”, saltó a la primera página de los periódicos, le robó espacio a la larga farándula de los noticieros nacionales de televisión y obligó a los noticieros de TV regional a salir del confort de Cali e informar sobre la construcción de un dique de 2 kilómetros y otras obras de manera ilegal por particulares.
Recuerdo que yo estaba en Buga cuando las autoridades se tomaron la Laguna con intención de parar esas obras y el alcalde Julián Latorre Herrada, para ese entonces recién posesionado, tuvo que salir corriendo para allá porque no lo habían tenido en cuenta; y los demás alcaldes con jurisdicción no llegaron. Esto probó que a los municipios comprometidos, las autoridades del medio ambiente no les han concedido suficiente importancia al momento de pensar en la conservación de esta reserva.

Esta agresión contra la Laguna de Sonso obligó a que no se continuara de espaldas a este ecosistema de 14.1 kilómetros cuadrados, la cual está en la jurisdicción de Buga, Yotoco y Guacarí, en la ribera derecha del Río Cauca, que se supone allí tiene un área para aliviar en tiempos de crecientes.  La CVC obró con mano dura y prontitud y se emprendió un ambicioso plan de mitigación.

Cuando se va en vehículo es poco lo que se alcanza a apreciar de la Laguna, con el agravante que el buchón, la lechuga y los juncos terminan por cubrir gran parte del espejo de agua y esto dificulta más observarla. Entonces muchos pasan derecho sin ni siquiera clavarle el ojo por ventanilla. Es otra forma de darle la espalda.
Paradójicamente fueron las obras ilegales las que pusieron a la Laguna de Sonso en el Top de los temas a tratar en oficinas, salas, encuentros callejeros y en las dependencias oficiales, no solamente de Buga, Yotoco y Guacarí, sino en Cali y en muchos otros municipios del norte y centro del Valle. Los periodistas deben aprender sobre esta reserva para poder informar o analizar su comportamiento. Es una gran laguna de 2045 hectáreas, entre ellas 745 hectáreas en zona lagunar.

Un recurso desaprovechado.
Cierta vez acudí con mi familia a la hermosa y solemne Iglesia del Milagroso, fue encuentro hermoso y de recogimiento. Allí, en el Camerino se transpira un aire especial frente al Milagroso. Luego recorrimos el templo, incluyendo sus patios poco vistos, y al salir nos preguntamos ¿y ahora para dónde vamos?.

Ya es tiempo de darle la cara a la Laguna de Sonso, también llamada “El Chircal”, que posee aves endémicas y muchas otras que van de paso. Una reserva a la que se le debe poner la cara

Y ¿para dónde vamos? es la pregunta que se suele hacer la mayoría de los feligreses, quienes terminan por recorrer calles en busca de artesanías religiosas, escapularios, imágenes, estampas y decenas de artículos más. Igualmente, en nuestro caso, recorrimos calles admirando construcciones, puertas y ventanales con aire coloniales, incluyendo casas en las que se anuncia el paso del Libertador Simón Bolívar.

Nos desplazamos por bien logrados andenes, amplios merced a espacios quitados a los vehículos. Sus lámparas tradicionales les impregnan un aire colonial y de siglo ido. Da gusto caminar estos espacios que se engalanan con tiendas de ropa y de otras especialidades, son espacios bien logrados.

Pero al resolver la pregunta aquella nos quedamos a medias, como quien dice por falta de una oferta acorde en el caso de Buga se desaprovecha a 3 millones de personas que cada año, en promedio, llegan a la Iglesia del Milagroso, y después no encuentran qué hacer en la ciudad y terminan por regresar a sus casas o en otras ciudades buscando entretenimiento y conocimiento.
Se desaprovecha este potencial. El Milagroso garantiza asistencia masiva y, por ende, grupos dispuestos a seguir con una onda positiva, luego participar en la Santa Misa y recorrer calles. Es más, en el área no se dispone de un puesto de orientación al turista y al visitante. En Buga se debe comprender que el turismo es uno de los renglones más fuertes de la economía y no genera contaminación. Hay que tener más visión para aprovechar y satisfacer estos “ríos de turistas”.

Y… la laguna ahí.
La labor conjunta entre los tres municipios mencionados, con el apoyo Corporación Autónoma del Valle del Cauca -CVC- y el propio gobierno departamental podría llevar a convertir la Laguna de Sonso en una oferta turística. Se tiene a favor que la gobernadora Dilian Francisca Toro ha manifestado su disposición de apoyar al turismo regional.

En esta Laguna se pueden habilitar senderos protegidos con el propósito de disfrutar del avistamiento de aves, una práctica que cada vez tiene más seguidores en el mundo. En Sonso hay aves endémicas y otras que vienen de paso; son propias los “Buitres de ciénaga”, garzas y águilas pescadoras y las llamadas águilas caracoleras. Muchas otras aves se suman en busca de su tierra prometida, son viajeras.

Los amigos de la naturaleza, siempre bajo visitas controladas, también podrían encontrarse con mamíferos que sobreviven como “zarigueñas comunes”, chigüiros y hasta los llamados “Vampiros comunes”, pero, sobre todo, el encuentro es con la naturaleza y el oxígeno sin contaminar, y todo lejos del mundanal del ruido. Esta también es una laguna rica en peces, las faenas diarias de quienes la practican para sobrevivir es otra expresión que podría conquistar visitantes.

El ecoturismo es un potencial que en todos los países está adquiriendo mayor importancia, y no es justo que Buga, Yotoco y Guacarí desperdicien este potencial. ¡Por favor, no más de espaldas a Sonso o al “Chircal”.