Redacción Zarzal
El Periódico
Diana Mirella Medina Escobar, una zarzaleña nacida en el popular barrio La Merced, hace 39 años y madre de una pareja de niños de 15 y 16 años, quien se ha desempeñado como una ejemplar ama de casa, decidió alternar sus quehaceres hogareños con el arte del bordado, en el cual elabora verdaderas obras con hilo y lienzo.
El punto de cruz es una forma popular de bordado en la que se usan puntadas que quedan en forma de equis. Emplea también otras puntadas, entre ellas las de ¼, ½, ¾ y de punto atrás. El punto de cruz se realiza usualmente sobre tejidos de trama uniforme y distinguible, y con menos frecuencia en tejidos de trama no uniforme, colocándoles encima un tejido de trama uniforme (cañamazo) que se retira hilo por hilo al finalizar el bordado.
Su gran difusión se puede deber a la gran posibilidad de elementos que ofrece, ya sean cenefas, dibujos, cuadros, alfabetos, etc. La más importante particularidad del punto de cruz es su gran posibilidad de esquemas y dibujos en multitud de tejidos, aplicándose, entre otros, en mantelerías, colchas, paños, ropa de cama, toallas.
Sentada y concentrada realizando una de sus obras, cuenta doña Diana: “yo tenía algunas nociones de bordado desde muy joven, un buen día una señora amiga en el municipio de La Victoria, experta en la materia, me pidió que le colaborara con unos encargos a lo que accedí y junto a ella amplié y pulí mis conocimientos”.
Hoy en día, esta ama de casa hace maravillas con sus manos, sus hilos y su lienzo, decorando a pedido toallas, manteles, cojines, y creando su obra mayor que son los cuadros, donde ha plasmado paisajes y rostros.
Lo que para ella era una distracción en su tiempo libre, ahora con la mirada de un artista, se propone exhibir sus tejidos y ponerlos a la venta como una forma de mejorar la economía de su hogar y propender por un mejor bienestar para su familia.