2.21.2011

Ingenio y curiosidad en manos de jóvenes

Redacción Palmira
El Periódico

La idea de crear este artefacto comenzó a tomar forma a comienzos de marzo del año pasado, en la clase Nodo y Usos, que analiza las actividades que desarrollan poblaciones vulnerables como personas de la tercera edad y niños.
El Movitok es una máquina de tres módulos que se integran de forma radial y facilita la interacción de los adultos a través de la actividad física.
La base de cada uno fue diseñada para que las personas con cierta discapacidad lo puedan utilizar.
“Hay una integración social por medio del toque de cada una de las diez zonas del módulo, de las que se desprende un sonido de percusión, como un tambor”, explicó Jorge, cuya experiencia como músico le ayudó a plantearse esta teoría.
Por su parte, Diego subrayó que “está demostrado que el cuerpo está integrado por ritmos y pulsaciones. Los sonidos del tambor y la marimba, por ejemplo, se fusionan con las pulsaciones del corazón, de los pulmones y coadyuvan a recuperar la parte psicomotriz del adulto”.
La sesión dura de diez a quince minutos y finaliza con música de los años 60 para reforzar el proceso cognitivo.
Movitok: Terminado en tok, porque remite a toque, percusión, es una apuesta por la vida, un homenaje a hombres y mujeres estigmatizados por la edad.
Tres jóvenes de diseño industrial de la Universidad Nacional de Palmira ‘descrestaron’ a la comunidad local al dar a conocer una particular máquina de hacer ejercicio llamada Movitok.
El aparato fue diseñado para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores en geriátricos y asilos. El grupo conformado por Diego Sarria, de 21 años y estudiante de noveno semestre de diseño, Jorge Mayor, de 23 años y quien cursa quinto semestre, y Lady Stefany Paz, de octavo semestre, se interesó por la problemática de los adultos mayores.
Lady, explicó que primero visitaron varios ancianatos en los que detectaron que el aislamiento y el sedentarismo eran constantes en este grupo poblacional.
“Llegábamos a los asilos y muchos de los viejitos estaban solos; a muchos no les gustaba hacer ninguna actividad física por problemas de salud, pero otros se quejaban de que sólo los ponían a pintar, dibujar o tejer”, recuerda.
Los tres jóvenes se preguntaron cómo podían ayudar, desde el diseño, para que estos adultos mayores, muchos de ellos con una lucidez y ganas de vivir impresionantes, pudieran recuperar su derecho a una vida digna. Elaboraron más de 18 bocetos antes de lograr uno definitivo. Pero cuando lo vieron plasmado en el papel, comprendieron que, independientemente de lo que pasara con la nota, el Movitok iba a cambiar la manera de vivir de los ancianos.