3.24.2010

Niños en la historia de la Semana Santa

Redacción El Cerrito
El Periódico

En la Semana Santa próxima, comprendida entre el domingo de ramos, 28 de marzo y el Domingo de Pascua 4 de abril, se cumplen 170 años de la iniciación de las procesiones de la Semana Mayor en el Cerrito Valle.
Dentro de los actos programados y en el marco de las ya tradicionales también Procesiones Infantiles, en donde, por lógica, los protagonistas son niños y niñas, se celebrará el Martes Santo 30 de marzo, a partir de las 6 y 30 de la noche, la procesión del Santo entierro de Jesús, antecedida del sermón del descendimiento.
Serán 40 los pasos que, representando escenas bíblicas de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, recorrerán, a lo largo de un kilometro, las principales vías de la población. Es conveniente resaltar que los pasos de la Semana Santa infantil son réplica, en miniatura, de los pasos de la programación para los adultos, y que los niños protagonistas desempeñan, entre otros papeles, el de cargueros, alcayateros, porta estándartes, porta- flores, sacerdotes, monjas, samaritanas y sahumadoras. Así mismo, se recuerda que las procesiones de la Semana Santa de el Cerrito, figuran entre las más bellas de Colombia. Las primeras capillas que se levantaron en las haciendas de San Jerónimo de los Ingenios, el Alizal, la Concepción y San Agustín y los diferentes oratorios de los predios de chontaduro, Piedechinche, el Paraíso y La Merced; permitieron a los esclavos y campesinos libres cumplir con su preceptos religiosos.
En la medida en que los núcleos de población se fueron fortaleciendo, las haciendas con capillas se convirtieron en los sitios preferidos por los lugareños para asistir a los oficios religiosos. Así las capillas se hacen más populares, mientras que los oratorios tienen una utilización restringida por parte de los hacendados y sus familias.
El recinto de la capilla de San Agustín se abrió para que los campesinos de la región, donde más tarde se fundaron los poblados de el Cerrito y Santa Helena, llegarán en determinadas fechas a realizar sus celebraciones religiosas.
Se sabe que como en esta capilla había varias imágenes del siglo XVIII, pero las que resaltaban por llamar la atención de los fieles eran las de San Agustín y la de Nuestra Señora de Chiquinquirá.
Debe pensarse que desde aquella época se hacían fiestas religiosas en la hacienda para celebrar la fecha de cada santo y donde la feligresía asistía en masa al predio.
Para realizar las ceremonias, los dueños de San Agustín, contrataban sacerdotes de Guacari y Palmira. De este último poblado después de 1.819, llegaba a ejecutar las festividades el padre Manuel José Guzmán, quien fue nombrado párroco de esa población, mas tarde el Padre Guzmán, cuando se hizo propietario de un predio vecino a San Agustín, llamado la Aurora, ve la necesidad de fundar en la zona minifundista adyacente a su hacienda, la Villa de El Cerrito. Fundada la población es nombrado sacerdote en la nueva comunidad, se levanta la primera capilla y para celebrar la primera misa se pidió prestada la imagen de San Agustín y Nuestra Señora de Chiquinquirá. La primera capilla era en paja, En 1826 un año después de la fundación, en una carta enviada a su superior en Popayán, le pide que le permita construir un templo, en el mismo sitio que se ha levantado el primero, digno del creador y la feligresía. La construcción de el templo se inició en 1.830 y al morir el Padre Guzmán ya estaba terminada.