11.08.2011

Capilla Central del cementerio católico cumple un siglo de existencia

Redacción El Cerrito
El Periódico

El 22 de octubre de 1911 el Sacerdote Francisco Antonio Campo abarcó con su vista el nuevo cementerio católico del municipio de El Cerrito, uno de los grandes monumentos que se había propuesto construir desde su arribo en el año de 1881.
A finales de 1908 se iniciaron las obras, pero algunas dificultades económicas las fueron retrasando. Como el Arzobispo se había disculpado para no estar en la ceremonia, le correspondía escoger entre los postulados por el padre Palau: el Reverendo Padre Rector de los Redentoristas de Buga, como gratitud al Hermano Silvestre (Joseph Binder), el benefactor de la obra, sacerdote Francisco Antonio Campo y él como párroco en propiedad. El 22 de octubre de 1911 se inauguró y se bendijo la capilla con la presencia de los tres sacerdotes. Quedó, así, totalmente terminado el complejo funerario.
La capilla tiene cuatro puertas, cada una de ellas está ubicada señalando un punto cardinal, la principal mira hacia el oriente, el sitio de la luz y el lugar donde nació Jesús. En la madera de esta puerta se encuentra tallada una alegoría al lugar sagrado. Un reloj de arena que mide el transcurso de la vida y una guadaña, la encargada de cortar el último aliento de la existencia. Hay una flor cuyo significado es muy difícil de discernir, pues no se distingue la variedad y un zurriago para castigar el alma de los pecadores. Las líneas trazadas entre los puntos cardinales forman al interior de la capilla una cruz, la cual se prolonga hasta el muro exterior. Hacia la cornisa existen cuatro grabados, los cuales representan un Divino Rostro, un Cristo Flagelado, una Dolorosa y un Cristo en el huerto.
En el último testamento del padre Campo, en el año de 1924, no hace ninguna recomendación sobre el lugar de su inhumación debido a que lo embarga un orgullo desmedido sobre el monumento funerario, cuya fama de hermoso se había extendido por toda la nación. Para ese entonces había mandado a construir una bóveda para tener todo dispuesto para su fallecimiento. En el mismo documento da instrucciones para que a su cadáver se le extrajera el corazón y se guardara en las instalaciones del Hospital San Rafael y sus restos, pasado un tiempo, fueran exhumados y se llevaran a la capilla de la escuela del Corazón de Jesús, hoy sede central de la institución Sagrado Corazón, deseo que no se cumplió. El 5 de marzo de 1927 falleció el padre Campo y sus restos mortales fueron llevados al lugar que, según algunos viajeros “, no cabía en un pueblo como este”, debido a lo imponente de su construcción. En 1940, los despojos fueron retirados de la bóveda y se celebró una misa en la capilla central del cementerio. Después, se trasladaron al templo de Nuestra Señora de Chiquinquirá, donde están actualmente.