5.31.2016

El “Mono Núñez”, un Festival de mucha altura musical

GINEBRA • Colombia, con todos sus conflictos, ha logrado sobrevivir por su proclividad a la música, la andina en las zonas cordilleranas, y la tropical en las costas de ambos océanos: bambuco, pasillo, joropo; y el currulao y el vallenato en los litorales Pacífico y Atlántico.
Por eso es necesario que Colombia entera, con sus sectores público y privado, se preocupe por mantener vivo el folclor patrio en sus diversas expresiones, que hacen posible no solamente la supervivencia de los sonidos autóctonos sino también la de los artistas, casi todos de escasos recursos.
En 1975 las religiosas Sor Virginia Lahidalga y Sor Aura María Chávez, y Luis Mario Medina, convinieron en hacer un Concurso de Música Andina Colombiana que ellos denominaron Vernácula, y escogieron como jurados a insignes cultores de nuestra música: José A. Morales, Graciela Arango, Arturo de la Rosa y Helena Benítez, que fue un éxito; y esas personas crearon una fundación para manejar el concurso, ahora con el nombre de “Mono Núñez”, en homenaje a Benigno Núñez Molla, el gran intérprete ginebrino de la bandola.
Ese es el inicio de la Fundación Funmúsica, que desde 1975 celebra el Festival Mono Núñez, con gran afluencia de público que acude a presenciar el Festival de la Plaza, el Encuentro de Expresiones Autóctonas, los Conciertos Dialogados, el Encuentro Infantil Mateo Ibarra Conde, que lo convierten en un referente de los espectáculos musicales que se montan en Colombia.
El “‘Mono Núñez” es plataforma de lanzamiento de nuestros artistas y cuando clasifican para actuar en él, le dan mayor realce a sus hojas de vida, y mucho más si terminan nominados o ganadores del Gran Premio Mono Núñez.
El Senado declaró en 2003 el Festival Mono Núñez como Patrimonio Cultural de la Nación, pero ese reconocimiento no se traduce en apoyo económico, y ahora atraviesa por serios problemas de caja pues los patrocinios oficiales no son significativos y a veces no llegan, o hay que hacer duras gestiones para obtenerlos.
Urge que el Ministerio de Cultura incluya en su presupuesto una partida importante para que los directivos del Festival no estén en las angustias anuales para poder presentar el evento. Congresistas vallecaucanos, ayuden.
En los días 26 al 29 de mayo sonarán los instrumentos en Ginebra, pulsados por excelentes artistas que deleitarán a los turistas que terminarán la jornada con un suculento sancocho de gallina.