Redacción Sevilla
El Periódico
Don Noel Molano Ortiz es el propietario de la casa ubicada en la calle 10 número11-21 del barrio Occidental. Las imágenes corresponden al estado en el que se encuentra el interior de la vivienda después de la inundación que dejó sumergida su casa durante 2 meses bajo el agua.
Don Noel esta satisfecho con las ayudas recibidas por parte del gobierno a través de la alcaldía municipal, pero se encuentra preocupado por que los daños al interior de la vivienda son cuantiosos y no posee los recursos para repararla.
Este adulto mayor como muchas personas en el Valle del Cauca, también sufrió por los fuertes aguaceros que ingresaron a su casa y los dejaron literalmente sin nada, solo las prendas de vestir que portaban al momento en que les sorprendió el agua, apoderándose de sus pertenencias y de los cultivos de pan coger.
Ahora espera que la Divina Providencia le ilumine y permita que pueda emprender de nuevo con las actividades cotidianas, que como la siembra, eran el soporte para sobrevivir, en medio de tantas aulagas.
Por fortuna se encuentra incluido en el censo de los damnificados por el invierno a través del programa del orden municipal por iniciativa de la Presidencia de la República, que busca resarcir en algo el daño ocasionado por los fuertes aguaceros recientemente registrados.
El Periódico
Don Noel Molano Ortiz es el propietario de la casa ubicada en la calle 10 número11-21 del barrio Occidental. Las imágenes corresponden al estado en el que se encuentra el interior de la vivienda después de la inundación que dejó sumergida su casa durante 2 meses bajo el agua.
Don Noel esta satisfecho con las ayudas recibidas por parte del gobierno a través de la alcaldía municipal, pero se encuentra preocupado por que los daños al interior de la vivienda son cuantiosos y no posee los recursos para repararla.
Este adulto mayor como muchas personas en el Valle del Cauca, también sufrió por los fuertes aguaceros que ingresaron a su casa y los dejaron literalmente sin nada, solo las prendas de vestir que portaban al momento en que les sorprendió el agua, apoderándose de sus pertenencias y de los cultivos de pan coger.
Ahora espera que la Divina Providencia le ilumine y permita que pueda emprender de nuevo con las actividades cotidianas, que como la siembra, eran el soporte para sobrevivir, en medio de tantas aulagas.
Por fortuna se encuentra incluido en el censo de los damnificados por el invierno a través del programa del orden municipal por iniciativa de la Presidencia de la República, que busca resarcir en algo el daño ocasionado por los fuertes aguaceros recientemente registrados.