11.08.2010

Las palmas zanconas continuarán en el parque principal

BUGALAGRANDE - A raíz de la bonita labor que realizaron los señores Gilberto Morcillo y Carlos H. Gordillo de sembrar 20 nuevas palmas en el parque, nos dimos cuenta que don Gilberto ya había hecho una obra parecida en el cementerio, pues el 2 de Enero de 2.000 adelantó la siembra de una Araucaria, y el 15 de Agosto de 2.006 sembró 2 palmas zanconas en compañía de su hermano Sigifredo; la Araucaria ya posee una altura de 12 metros aproximadamente y las palmas se acercan a los 4 metros. Nos hizo saber don Gilberto que recuerda haber visto 18 palmas en el campo santo a mediados de la década del 70 y a la fecha solamente existen 6, esto lo ha motivado a no dejar desaparecer esta especie, pues como él mismo lo dice, tanto las palmas del parque como las del cementerio son insignias que identifican su pueblo y está empeñado a no permitir que por indolencia de sus hijos, Bugalagrande pierda parte de su identidad.
Las palmas que por muchos años han adornado el parque central y que con su presencia y majestuosidad le han dado identidad al municipio, son las llamadas popularmente como Zanconas, cuyo nombre técnico es Syagrus Sancona y pertenece a la familia de las arecaceaes.
Es una de las palmas más hermosas del Valle del Cauca por su esbeltez y graciosidad pues puede llegar a los 30 metros de altura y 20 centímetros de diámetro, con anillos superficiales en el tallo, remata en un penacho de hojas pinnadas dispuestas en 4 planos, las flores nacen dentro de una espata ocalada y con estrías longitudinales, las flores femeninas son pocas, casi terminales de la espiguilla, mientras las masculinas son numerosas y producen polen sofocante, los frutos en drupas acuminadas, con una semilla negra durísima. Se propaga por semillas. Se le llama zancona por la altura y delgadez del estípite. Es bien sabido que una de las insignias principales que caracteriza y le da identidad a este municipio por su imponencia y belleza, son las centenarias palmas del parque; todo bugalagrandeño que por largo tiempo se ha ausentado del pueblo y en su retorno al acercarse empieza a divisar a lo lejos estas palmas, desde ese momento lo invade la indescriptible emoción que lo embarga al sentirse de nuevo en su tierra y con los suyos, esta experiencia indudablemente la han vivido y experimentado muchos de los paisanos.
Aunque se tienen datos exactos, se sabe que existieron más de 30 palmas zanconas adornando el parque; por diversas causas, siguen erguidas y se resisten a morir únicamente 11; ya que por el embate del tiempo y las plagas, han sucumbido el resto de sus hermanas. Ante este triste y desolador panorama, dos ciudadanos bugalagrandeños amantes de su terruño y que no quieren que se pierda uno de los íconos que los identifica, se dieron a la noble y desinteresada tarea de repoblar el parque con 20 nuevas palmas de la misma especie (Zanconas). Los señores Gilberto Morcillo y Carlos H. Gordillo (caliche) empezaron por conseguir las palmas, las cuales fueron donadas por el doctor Juan Manuel Durán y es así como el 9 de Septiembre de 2010 (fecha que pasará a la historia bugalagrandeña) y el parque se ve repoblado con estas palmas, y esa misma historia dirá que gracias a Gilberto Morcillo y Carlos Humberto Gordillo seguirá perenne para las futuras generaciones la dicha de deleitarse observando las bellas palmas del parque.