1.19.2015

Economía del Hogar Cómo comer sano con poco dinero

Cuando se combinan poco tiempo y poco dinero, comer sano, rico y barato parece una misión imposible. Hacer mercado hoy en día no es tan fácil por la extensa oferta en los precios, la variedad y la calidad de los productos. Sin embargo no siempre hay que elegir lo más caro para que en casa se coma bien.
Para empezar, hay algunos cambios de hábitos que pueden ayudar. El menú debe diseñarse con los alimentos que están en oferta –no los que dan ganas de comprar en el momento-, así como con las verduras y frutas de estación que se pueden aprovechar en varias comidas como tartas, canelones o ensaladas.
¿Ha pensado por ejemplo que las verduras pueden ser más económicas y hasta más frescas si las compra en el mercado de su vecindario sin necesidad de desplazarse a los grandes supermercados? Y no hay que olvidar que la cocción de varias comidas a la vez (refrigerando las que no se consuman inmediatamente) ahorra tiempo y energía, lo que se traduce en una mayor economía.

Ahorre en las compras

Para hablar de economía del hogar es preciso ahorrar en pequeños detalles que al sumarlos dan como resultado un monto significativo. Por ello es necesario tener en cuenta los siguientes consejos a la hora de salir a hacer las compras:
• Antes de salir de casa, elabore una lista de lo que necesita. Compare los precios que ofrece cada marca.
• Haga una o dos compras grandes al mes. Así controlará mejor lo que gasta y evitará la tentación de comprar por impulso.
• No abuse de la tarjeta de crédito y pague siempre que pueda en metálico. Casi siempre se gasta menos.
• Aproveche ofertas de productos no perecederos para llenar la despensa.
• Adquiera marcas blancas de distribuidor si cree que son de buena calidad, pues casi siempre son más baratas.
• Aprenda a consumir calidad a buen precio. Algunos productos como el pescado azul son económicos y poseen excelentes propiedades nutritivas. Las frutas y verduras de temporada también son más baratas y se encuentran en su mejor momento.

En la cocina Cada ama de casa tiene sus trucos. Bastan algunos ejemplos:


• Cocine grandes cantidades y congele en raciones para ahorrar no sólo tiempo sino también energía.
• Aproveche las sobras de comida como tostar el pan duro para el desayuno o aprovecharlo para hacer bases de postres; convertir los restos de legumbres en purés para el día siguiente o los de carne y aves para hacer albóndigas, croquetas o huevos rellenos.
• Use el vino que se avinagra para aliñar ensaladas
• Para impedir que se queme el aceite y dure más mientras se fríe, coloque un corcho en el sartén.
• El sobrante del aceite se mantiene mejor en frascos de vidrio, recipientes de acero o esmaltados, tapados para evitar procesos de oxidación.
• Jamás mezcle aceites sobrantes de distinto tipo: se descomponen con más rapidez

Ahorro en la luz

• Aproveche la luz artificial sólo cuando sea necesario. No deje la luz encendida cuando salga de la habitación.
• Si usa luz fluorescente y va a estar apagada menos de 20 minutos, es mejor que la deje encendida. De esta forma, consumirá menos energía que encendiendo y apagando la luz varias veces.
• Cambie las bombillas convencionales por otras halógenas de bajo voltaje o por lámparas fluorescentes compactas. Se obtiene el mismo nivel de iluminación, duran 8 veces más y ahorran hasta un 80% de energía.
• Compruebe el consumo de los electrodomésticos en su etiqueta energética. Los niveles A y B son los más eficientes.
• Utilice cacerolas y sartenes de diámetro mayor que la zona de cocción y tape las cazuelas para no desaprovechar calor. Se ahorra casi un 20% de energía.